Para que un negocio online tenga éxito en internet, es clave lograr posicionarlo adecuadamente. Está demostrado que cuanto más visible sea nuestra web, nuestro blog, etc, mayores beneficios obtendremos.
Una de las herramientas más empleadas por las empresas del sector, como parte de su campaña global de marketing en internet, es el SEM (Search Engine Marketing). Y dentro de esta herramienta, el SEO (Search Engine Optimization) y el PPC (Pay Per Click), forman parte de la misma como dos de los pilares principales orientados a la máxima optimización de nuestros recursos.
La traducción literal de SEM es marketing en motores de búsqueda y abarca todas las acciones orientadas a mejorar nuestro posicionamiento, con lo que nuestros clientes potenciales aumentan exponencialmente.
Como decía antes, las dos principales acciones son el SEO y el PPC. La combinación de ambas permite aparecer en los resultados orgánicos (tráfico libre) o en el generado a partir del pago por click.
¿En qué se diferencian SEO y PPC?
Básicamente el SEO lo constituyen todas las acciones tomadas para optimizar en buscadores y que nuestra página aparezca en los primeros lugares, cuando realizamos una búsqueda. Dentro de este, existe el SEO On-Page (acciones de optimización desde dentro del propio sitio web) y el SEO Off-Page (tareas de optimización fuera de nuestro sitio web).
Dependiendo del tipo de resultados orgánicos de búsqueda en los que queramos aparecer, deberemos optimizar Google News, Google Places o Google Local, con lo que cada uno de ellos conlleva, en cuanto a sus directrices y factores particulares.
Por su parte, el PPC, se encarga de discriminar las distintas palabras clave para saber si son rentables o no y, por lo tanto, si nos harán aparecer arriba en las búsquedas, dentro de los apartados de pago por click. En este apartado de los resultados de búsqueda, es la empresa anunciante la que paga a Google por cada click que haya conseguido a su página.
Para el orden de posicionamiento tras la búsqueda, influye, entre otros factores, lo que la empresa informe a Google que está dispuesta a pagar por cada click recibido.
